domingo, 1 de enero de 2012

Cap. 28 Llamaron al timbre..


Llamaron al timbre y desperté, seguía abrazada a Bastien lo que hacía que me diera pereza ir a abrir. Bastien me susurró:
- Abre tú...
- Vale...- Me enfadó bastante tener que ir porque estaba muy claro que si alguien venía a esta casa sería para verle a él.
Medio dormida, abrí la puerta y para mi asombro estaba Marie. Marie me saludó y me dio un fuerte abrazo.
- ¿Así que te mudas al quinto pino y ni se te ocurre contárselo a tu mejor amiga?
- Fue todo demasiado rápido, pasa.
- ¿Y tu novio?
- Tiene nombre y está aun en la cama.
- Mm... bueno, ¿podría quedarme hasta la tarde?
- ¡Claro! - No le había preguntado a Bastien pero como también vivía allí supongo que mi opinión también contaba y mucho.
Bastien bajó al salón pensando que habría llegado alguien que quería verle pero cuando desde la escalera vio a Marie ya dio vuelta porque estaba muy cansado. Marie lo tomó a mal y le gritó:
- ¡Oye! ¡Hay que saludar! ¡¿O es que me tienes miedo?!
- ¡¡Lo que tengo es sueño!!- Gritó desde la habitación.
- Vale... ¿qué tal viviendo con Bastien?
- Muy bien.- Cogí una caja de galletas y empecé a desayunar.
- ¿Dormisteis en la misma cama?
- Si.
- ¿Lo hicisteis?- Casi escupo la galleta. Marie ya se estaba pasando de directa.
- Eso no debería importarte y no, no lo hicimos.
- Que sosa. - Cada vez me sorprendía más mi mejor amiga, que si lo hemos hecho y que si soy una sosa. Hace unos cuantos años su única preocupación eran las muñecas ya ahora me viene con esto.
- ¿Y tú que? Porque que yo sepa, tu nunca lo has hecho.
- Pues al final sí.- Ahora sí, escupí la galleta.
- ¡¡¡¡¡¡¿Cómo?!!!!!!
- Lo que oíste antes, fue durante el intercambio.- Me quedé de piedra, no me lo podía creer.
- Se llamaba Borja y bueno, era el hermano mellizo de la chica con la que hice el intercambio... que se llamaba... ¡Carmen! Era el hermano mellizo de Carmen. Pero por favor, esto no se lo cuentes a nadie. Eres la primera persona a la que se lo cuento. - Así que Carmen era una repipi y su hermano un guarro.
Nos quedamos calladas, no sabíamos que decir. Pasamos así toda la mañana hasta que Bastien bajó y yo hice como si estuviéramos hablando de su hermanito Léo. Comimos y después Marie se quiso ir. A Bastien le sorprendió que se fuera tan pronto pero yo le tuve que decir que su madre la necesitaba para cuidar de Léo.