viernes, 21 de octubre de 2011

Cap. 11 Llegamos a París...

Llegamos a París sabiendo que nada sería normal. Aunque nos quisiéramos a morir no podríamos demostrarlo al mundo. Yo quería estar con él pero era tan complicado. No me gustaba la idea de tener que ocultar mi amor por Bastien.
Por primera vez iba a ir a la casa de mi novio, me encantaba decirlo: "Bastien, mi novio, mi novio, mi novio ¡mi novio!" La casa de Bastien era grande y espaciosa. Era como que sus padres gastaron tanto dinero en la casa y después no les quedara dinero para muebles. Pero aun así era una casa preciosa. La casa estaba vacía, Bastien me cogió de la mano y me llevó hasta su habitación.
Al entrar me quedé con la boca abierta. Tenía un piano, una guitarra, una bateria, un saxofón, un violín... ¿En serio sabría tocar todos esos instrumentos? Bastien cogió su guitarra y empezó a tocarla. Yo me senté a su lado y le cogí de la mano:
- Este será uno de los únicos sitios en los que podremos estar juntos como una pareja.- Le dije yo bastante apenada.
- No te preocupes, lo único importante en una pareja es el amor y no demostrarlo.- Bastien me sonrió.
- No me convencerás con esa sonrisita de que esto es lo mejor.
- Yo no quiero convencerte, yo solo quiero estar contigo.- Me besó dulcemente y apoyó su guitarra contra la cama. En ese momento, llamaron a la puerta.
- ¿Quién es?
- ...
- ¿Quién es?
-...Danielle.
- ¡¿Cómo?!
- Quedé con ella antes de conocerte y me daba palo decirle que no viniera.- Bajó hasta la entrada y me dejó sola.
- Hola Bastien, practicamos nuestra canción.
- Sube.
Danielle entró y me miró fríamente, como si no quisiera que estuviera allí.
- ¿Quién es esa?
- Esa es Chloé, mi novia. - Danielle me miró con odio pero después sonrió.
- El trato era que no tuviéramos parejas paralelas así que bonita, vete que Bastien y tú no podéis estar juntos.
- Déjala, la quiero y punto. Me da igual el trato. - Bastien cogió su guitarra y empezó a tocar.
Empezaron a cantar pero en numerosas ocasiones Danielle desafinaba.
- Es que con tu novia no me concentro.
- Pues vete acostumbrándote a que siga allí.- Yo preferí no intervenir, me molestaba Danielle pero no le iba a dar la satisfacción de verme enfadada.
Danielle empezó a murmurar y Bastien enfadado cogió su guitarra y empezó a tocar una de mis canciones favoritas. Sin darme cuenta empecé a cantarla y Danielle me miró con más odio.

- Chloé, no sabía que cantaras tan bien. Quizás deberías cantar tú conmigo y no Danielle.
- Cállate la boca, nuestros representantes lo dejaron muy claro. Que la parejita feliz cante una canción junta.
- Por eso, la pareja feliz cantará y tú te largas.- Era la primera vez que le contestaba a Danielle pero es que me estaba ya cansando.
- ¡Bien! ¡Pues canta mi parte! Seguro que se ta da fatal.
Empecé a cantar y clavé la canción. Se me dio genial y al acabar Bastien me aplaudió. Me sonrojé pero estaba feliz, muy feliz porque a lo mejor podría grabar esa canción con Bastien.

lunes, 17 de octubre de 2011

Cap. 10 Hicimos barquitos de papel...

Hicimos barquitos de papel para matar el tiempo mientras íbamos en el tren de vuelta a París. Mi corazón latía bruscamente y estaba tan feliz. Me sentía la chica con más suerte del mundo.
- Cuando volvamos a París, los dejaremos en el río Sena. - Que romántico era, me encantaba que fuera así.
- Me parece muy buena idea y cuando queden destruidos romperemos nosotros.- Empezamos a reír.
- Creo que duraremos más.
- ¿Crees?
- Bueno, lo se. Estoy seguro.
- ¿Qué pasará cuando volvamos a París?
- ¿A qué te refieres?
- Pues a que cuando volvamos todo tendrá que ser diferente porque allí tú estás saliendo con Danielle.
- Haremos que nadie lo sepa.- No, no, no. Yo no quería ser la otra.
- Entonces sería como tu amante.
- Pero en este caso, Danielle no está enamorada de mí.- Empecé a dudar de eso. Bastien era maravilloso ¿y si Danielle también estaba enamorada de él?
Nos acurrucamos en el tren y seguimos haciendo barquitos de papel.

domingo, 16 de octubre de 2011

Cap. 9 Terminó el concierto...

Terminó el concierto y nos fuimos a la habitación del hotel. Bastien se cambió en la habitación y yo en el baño. No tenía sueño y en la cama solo podía pensar en lo que había pasado hoy.
- Bastien... Bastien...
- ¿Qué?
- ¿Estás dormido?
- Tu que crees.- Es verdad que mi pregunta era bastante estúpida pero solo intentaba romper el hielo.
- Es que yo no puedo dormir.
- ¿Y?
- Me gustaría hablar contigo.
-¿De qué?
- De nosotros.- Bastien encendió la lucecita de la lámpara y le pude ver. Estaba todo despeinado lo que lo hacía aun más guapo. Cerró los ojos pero sin dejar la conversación.
- ¿Qué pasa con nosotros?
- Es que... no sé... lo que pasó en el ensayo me ha hecho pensar.
- ¿Y en qué pensaste?
- En lo bonito que sería ser tu novia.
Oí ronquidos, se había dormido. Con lo que me había costado sincerarme con él y se había dormido.
Pasé toda la noche en vela porque estuve pensando en Bastien y porque sus ronquidos no me dejaban dormir.
- Chloé, ¿te pasa algo?
- No...- Pues claro que me pasaba algo. Tenía ganas de ser su novia y cuando se lo digo, se duerme.
- Respecto a lo de ayer por la noche.
- ¿Qué?
Se acercó a mi y me susurró.- Lo oí todo.- Al instante sonreí y él lo notó.
- ¿Y qué opinas?
- Que yo también he pensado en lo bonito que sería ser tu novio.
- Entonces...
- La decisión es tuya, si te he demostrado que te quiero. Porque realmente te quiero. Di sí.
- ¡Si!
Me acerqué a Bastien y le besé. Nuestro beso fue lento y largo, muy largo.

Cap. 8 Montecarlo es una ciudad preciosa...

Montecarlo es una ciudad preciosa. Mirase a donde mirase solo podía ver glamour y elegancia. Llegamos pronto al hotel, un hotel precioso y lleno de lujo.
- Chloé, tengo que darte una mala noticia.
- ¿No me digas que nos volvemos?
- No, es que tenemos que compartir habitación.
- ¿Cómo?
- Pues que o era una habitación en un hotel de lujo o eran dos, en un hotel de mala muerte. - Sabía que él lo que quería era dormir conmigo así que me daban igual sus escusas.
- ¿No dormiremos en la misma cama?
- No, por favor con lo que costó convencer a tu padre que no era un guarro.
No me importaba dormir en la misma habitación que Bastien y tampoco me importaba que él quisiera dormir conmigo, al contrario, me encantaba porque eso significaba que quería pasar más tiempo conmigo.
La habitación era del mismo estilo que el hotel. Era un estilo "rococó", parecía la casa de una princesa. En cuanto entré me sentí como la mismísima Grace Kelly. No quería salir de la habitación.
- Vamos.
- Bastien, no me quiero ir.
- Tengo que enseñarte algo.- Me susurró Bastien al oído.
Llegamos al Casino de Montecarlo, daba gusto estar ahí.
- Chloé, ¿a que no sabes donde voy a cantar?
- ¿Ahí? ¿Vas a cantar ahí?-Miré de arriba a abajo el casino, era precioso no tenía ni un defecto. Simplemente era perfecto.
- Voy a ser el telonero de un grupo de Italia y me gustaría que vinieras al ensayo.
- Claro.
El casino por dentro era aún más bonito que por fuera. Llegamos al teatro y subimos al escenario que era veinte veces más grande que el del bar de París.
Miles de personas verían a Bastien tocar en unas horas seguro que les encantaría.
Bastien empezó a cantar una de mis canciones favoritas y me agarró por la cintura y yo a el por el cuello y mientras el cantaba empezamos a bailar hasta que estuvimos bailando sin música.
- Bastien, me lo estoy pasando genial. Espero que esto no se acabe nunca.
- ¿Te gusta tanto Montecarlo?
- No me refiero a Montecarlo, me refiero a ti.
- ¿A mí?- Se rió un poco.
- Si, a ti. No me importa que me lleves a la Torre Eiffel, al jardín de Albert Kahn o a Montecarlo siempre que estés conmigo.
- Así que la próxima vez te puedo llevar a un sitio más barato.
- Siempre que bailemos, nos acurruquemos o me beses.




Cap. 7 Tenía que contarle todo a mis padres...

Tenía que contarle todo a mis padres y no sabía como empezar. No sabía si se lo creerían y lo que es peor, que no me dejaran ir a Montecarlo. Nunca había ido de viaje, el lugar más lejano en el que he estado es la casa de mi abuela en un pueblo al norte de Francia. Así que, aun no siendo muy religiosa, rogué a Dios que mis padres me dejaran ir a Montacarlo con Bastien.

- Papá, mamá, tengo que contaros algo.
- ¿Qué quieres hija? Tengo que limpiar.- Mi madre y sus escusas. Cada vez que no quiere hacer algo dice, tengo que limpiar.
- Es que... el día que fui al concierto conocí a Bastien.
- ¿Y qué pasa?
- Que empezamos a quedar y tuvimos algunas citas...
- No digas tonterías. Leí en una revista que estaba con esta actriz... Danielle.
- Solo están juntos para aparentar. Lo que os quería decir es que me ha invitado a ir con él a Montecarlo el martes. - Mis padres se pusieron serios.
- No vas.- Mi padre, siempre al grano.
- Pero es una oportunidad única.
- Hemos dicho que no vas.
- Espera, que yo no he dicho nada.- Podría ser cierto, mi madre me iba a dejar.
- Anne, no digas tonterías. Un día por Montecarlo con un chico, podrían hacer cualquier cosa.- Para mi padre yo estoy en la edad de pensar en guarradas y es él el que siempre saca el tema.
- Papá, Bastien tiene un concierto solo voy a estar en el backstage.
- Cariño, es Montecarlo. Deja a tu hija disfrutar.- Tenía ganas de abrazar a mi madre.
- Vale, pero no estoy del todo convencido y antes de nada me gustaría hablar con los padres de ¿Cómo se llamaba?
- Bastien.- Seguramente mi padre era la única persona de Francia que no sabía quien era Bastien.
Mi padre llamó a Bastien y habló con sus padres. Después de media hora escuchando como mi padre hablaba de sexo, drogas, alcohol, secuestros y cosas de ese estilo apagó el móvil. ¡Y me dejó ir! Ahora podía ir a Montecarlo con Bastien. Estaba eufórica.  

Cap. 6 Estábamos en el parque...

Estábamos en el parque y seguimos hablando bajo las estrellas. Cada vez me gustaba más y me encontraba más cómoda y segura a su lado. Acabamos de cenar y yo me acurruqué a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro.
- Chloé ¿Qué haces?
- Solo quería estar a tu lado, me gusta estar así contigo.-Bastien se sonrojó, creo que me quiere de verdad.
- A mí también me gusta estar así contigo.
Se hizo el silencio. Los dos estábamos sonrojados y con la sonrisa tonta. Nos abrazábamos cada vez más.
- Chloé.
- ¿Qué quieres Bastien?
- El martes me iré a Montecarlo un día a dar un concierto y me gustaría que vinieras conmigo.
- ¿A Montecarlo? Pero hoy es domingo y no les hablé a mis padres de ti.
- Cuéntaselo si quieres venir.
- Claro que quiero ir.
- Menos mal, ya me habías preocupado.- En realidad no sabía si quería ir. Me encantaba la idea de estar con Bastien en Montecarlo pero al mismo tiempo no sabía que esperar y me aterraba.
- Te prometo que haré todo lo posible por ir.
- ¿Eso quiere decir que cuento contigo?
- Pues claro.


sábado, 15 de octubre de 2011

Cap. 5 Empecé a leer las revistas...

Empecé a leer las revistas que hay en los supermercados y en una vi a Bastien, estaba muy guapo, como siempre pero debajo de su foto ponía: Bastien y Danielle confirman su relación. Compré la revista y empecé a leer:
Bastien, que pronto hará una nueva gira, y Danielle, que acaba de comenzar su carrera como actriz, confirman mantener una relación. Hace unas semanas se les vio juntos andando por las calles de París y tomando algo por los bares. Los dos andaban acaramelados y se daban uno que otro inocente beso. Se les veía sonrientes y felices uno con el otro... ... ...
No me lo podía creer, Bastien tenía novia. Me había quedado petrificada, estaba viviendo un sueño y se ha convertido en una pesadilla. Estuve todo el día sentada en el sofá viendo la televisión y llegó la noche. Timbraron a la puerta y como mis padres habían salido con unos compañeros de trabajo a una cena tuve que abrir. Para mi asombro estaba Bastien con un ramo de rosas y una sonrisa como diciendo "Aquí no pasa nada, te quiero" pero yo sabía lo que había pasado.
Yo fui con él, en su moto y aunque fuéramos abrazados me daba igual porque sabía que él estaría pensando en Danielle.
Llegamos al jardín Albert Kahn y estaba precioso. Bastien me cogió la mano y me llevó hasta el centro del parque donde había un mantel y una cesta.
- Un picnic ¿qué te parece?
- Bien...- solo podía pensar en Danielle.
- Pues bueno... he elegido este lugar porque tiene muy buenas vistas al cielo nocturno. Y para que no te enfades he traído champagne.
- Vale, he leído las revistas.
- ¿Y de que hablaban?- Él seguía echando champagne a la copa como si lo que hubiera dicho no le importaba.
- Hablaban de tu relación con Danielle. Seguro que hacéis muy buena pareja.- Bastien paró de echar champagne y se puso más serio.
- Chloé, no es lo que parece.- ¿En serio? Esa escusa es muy vieja.
- Entonces, ¿qué es?
- Danielle y yo somos amigos desde hace mucho y como quería ser actriz los productores pensaron que debería hacerse famosa y ella me pidió el favor de fingir ser pareja.
- No sé si creerte.- Parecía todo tan mentira, no tenía sentido aunque todo lo que nos había pasado tampoco lo tenía.
- ¿Por qué te cuesta tanto creerme?
- Porque me parece todo increíble, no, imposible. No puedo creer que tú estés montando todo esto solo porque me "quieres", me conoces de hace dos días. Pienso en todo lo que ha ocurrido y sigo sin creérmelo.
¿Por qué yo? Nunca me has dicho por qué te interesaste por mí.
- Por eso.
-¿Por qué?
- Porque desconfías. Miles de chicas habrían salido conmigo aunque yo no las quisiera. Por ejemplo, Danielle. Porque todo lo que haga contigo es mágico. Nuestra cita de ayer fue pura magia y eso no me lo puedes negar. Porque estabas guapísima pidiéndome perdón toda sonrojada. Porque cuando charlamos me doy cuenta de que tenemos tantas cosas en común que me da la impresión de que estoy con mi media naranja, con el ying de mi yang. Porque cada vez que te veo siento un nudo en el estómago. Porque.- Me dio un beso rápido que apenas noté.- besas genial. Y por un montón de cosas más.
- Bastien.
-¿Qué?
- Te creo.


Cap. 4 Seguía en un cuento de hadas...

Seguía en un cuento de hadas y a veces dudaba de si lo que había ocurrido había sido real. Pero lo era y cada vez que lo recordaba me ponía más contenta. Tenía ganas de verle porque era tan guapo y tan romántico. Ya no estaba enfadada con él pero me gustaría fingir que sí para que así me diera más sorpresas.
- ¡Chloé!- gritó mi madre- ¡Vete al supermercado!
- ¡Vale mamá!- así eran mis conversaciones con mamá, ella me pide algo y yo le digo que sí.
Salí de casa y vi una carta bajo el felpudo, la cogí y no vi remitente ni dirección, solo mi nombre. Abrí la carta y comencé a leerla de camino al supermercado:
"Chloé, una semana de amor tendrás
 Cada día y cada noche una sorpresa vivirás
 Para que sepas que mi amor es puro
 Y que te quiero de verdad, lo juro."
Me sentía como en una nube pero seguía con la duda de ¿por qué yo? Es que apenas nos conocíamos y que ya me envíe un poema, me lleve a la Torre Eiffel y vete tú a saber que más es capaz de hacer. Como podría decir que está enamorado de mí si nos conocimos hace dos días. No sabía si seguir con esta locura porque me parecía que estaba llena de mentiras. Parecía que en cuanto le dijera que quiero ser su novia, Bastien me trataría fatal y no me haría ni caso y después me dejaría. ¿Qué debía hacer?

Cap. 3 Mi teléfono sonó...

Mi teléfono sonó y contesté, era Bastien. Decía que fuera a la Torre Eiffel a las 10 de la noche porque me estaría esperando.
Me vestí para la ocasión e intenté llegar al punto de encuentro justo a las 10 en punto ni un segundo más ni uno menos. Pero cuando llegué Bastien no estaba, esperé dos minutos más pero no venía. Así que de pronto caí en que a lo mejor estaba en la Torre Eiffel. Pregunté a los que venden las entradas si habían visto a Bastien y una chica me dijo:
- ¿Tú eres Chloé?
- Si.- estaba nerviosa.
- Sube hasta lo más alto, tu cita te está esperando.
Subí en el ascensor y llegué a lo más alto de la Torre Eiffel y no hice mucho caso a las increíbles vistas porque en el suelo vi un camino de pétalos de rosa bajo mis pies, lo seguí y allí lo vi a Bastien sentado en una mesa esperando por mi.
- Hola Bastien, esto es tan bonito. No querría que esta noche acabara nunca.
- ¿Quiéres champín?
- ¿Champín?- Comencé a reír - Sírveme.
- Espero que no te moleste es que no sabía si eras muy joven para el champagne. - Me acababa de llamar niña pequeña.
- Perdona pero tengo 15 años y ya estoy acostumbrada a beber champagne.
- Mis disculpas señorita.
- ¿Y qué hay de comer señorito?- Bastien sacó la tapa del plato y vi unos espaguetis con albóndigas.
- Espagueti... muy original.
- Ya sé que no soy muy original pero estamos en la Torre Eiffel, así que originalidad a esta cena no le falta.- Tenía razón, me había pasado un poco con él pero seguía molesta por lo que había ocurrido ayer.
Empezamos a hablar de un montón de cosas y nos lo estábamos pasando muy bien. Me caía genial Bastien y si no fuera tan orgullosa le habría besado en el momento en que lo vi.
- Chloé, me harías el favor de cogerme la servilleta.- Lo hice sin rechistar por el detalle de la cena pero me pareció de mal gusto hacerme coger la servilleta que se le cayó a él.
Me volví a incorporar y empecé a comer espagueti. Había uno de los espaguetis que parecía que no tenía fin y empecé a sorber fue entonces cuando miré a Bastien y vi que estábamos tomando el mismo espagueti. Comprendí por qué me había pedido coger la servilleta, para poner el espagueti en mi tenedor y así hacer como en la película la Dama y el vagabundo. Cada vez estábamos más cerca el uno del otro, nuestros labios ya se rozaban hasta acabar en un beso. Un beso corto, un pico, pero que se convirtió en uno de los más bonitos que había tenido nunca.
La cena terminó y Bastien me acompañó hasta la salida de la Torre Eiffel.
- ¿Te he demostrado bien lo que me importas?
- Puede.
- ¿Por qué sigues dudando?
- No sé.
Bastien se acercó a mi y me dio el típico beso de despedida. Este beso fue más largo y apasionado.
-¿Sigues sin creer que me importas?
- Si.
- Pues no dudes de que seguiré intentándolo.


 

Cap.2 Pasamos por las orillas del Sena...

Pasamos por las orillas del Sena, al atardecer era precioso pasar por allí.
Bastien y yo seguíamos cogidos de la mano y ninguno de los dos se atrevía a soltarse. Estuvimos toda la tarde hablando de nuestras vidas, nuestros gustos y aunque no lo pareciera teníamos muchas cosas en común . Media ciudad nos miraba pero no nos importaba, ni lo comentábamos tan siquiera. Lo estábamos pasando tan bien que no queríamos estropearlo con cualquier tontería. Al final nos encontramos frente a la emblemática Torre Eiffel y Bastien un poco cansado me preguntó.
- ¿Pero dónde vives?- Lo que me sorprendió es que no me lo preguntara porque llevábamos media hora paseando.
- Realmente, vivo en la otra punta de la ciudad.- Estaba asustada por si Bastien se enfadada pero en lugar de eso, sonrió.
- Entonces, ¿Por qué estamos aquí?
- Quería estar más tiempo contigo.- Bastien rió y me apretó un poco más la mano pero sin hacerme daño.
- Eres muy divertida y eso me gusta.- Si fuera con otro chico le pediría que dejara de coquetear conmigo pero era Bastien había soñado cientos de veces con este momento y por fin había llegado.
- Y seguro que hay más cosas que te gustarán de mí.
- Como por ejemplo...- se puso frente a mi y se acercó lo suficiente como para susurrarme al oído-por ejemplo como besas.
- Espera.- le aparté un poco- creo que te gustará más mi forma de ser.
- ¿En serio? ¿Pero tú eres mi fan?- Parecía que a Bastien le era muy fácil seducir a sus fans.
- ¿Por eso has venido? ¿Porque esperabas que me liaría contigo por ser tu fan?- Me fui andando lo suficientemente rápido como para dejarlo bien atrás.
- ¡Chloé, espera!- Me giré porque por unos segundo había olvidado que le había dicho mi nombre antes.
- ¡No es por eso!
- ¡Entonces! ¿Por qué?
- Por tus ojos, por tu sonrisa, por tu manera de ver la vida...- cada vez se acercaba más a mi hasta que sus manos se posaron sobre mis hombros.
- No puedo creerte.
- Déjame demostrarte que es verdad, ¿acaso crees que lo intentaría con otra fan cualquiera?
- No sé.
- Déjame demostrártelo.
- Vale, toma mi teléfono, cuando quieras demostrarme lo que quieras, llámame.

Cap.1 En un bar de París...

En un bar de París a las 6 de la tarde, tomaba un café esperando a que uno de mis cantantes favoritos tocara para solo las 20 primeras personas que hicieran cola en el bar. Por suerte, llegué de los primeros y pude ver a Bastien tocar. Las canciones de Bastien son lentas y hablan de las diferentes situaciones de dolor. Hace unas semanas mi novio, ahora ex-novio, me dejó y las canciones de Bastien me ayudaron a sentirme mejor.
Sus canciones eran mágicas y cada vez que las oía mis ojos brillaban. Me costó mucho conseguir que mis estrictos padres me dejaran venir sola, ya que tengo 15 años, y eso hace que me sienta más feliz de estar aquí.
Bastien es un chico de 17 años que se hizo famoso en Francia hace dos años por ganar un concurso de talentos. Desde entonces ha grabado discos y ha hecho giras por Francia. No tiene muchos fans pero tiene los mejores, sin duda.

El pequeño concierto terminó y por desgracia tuve que irme. Doblé la esquina y empecé a tararear mi canción favorita y sin darme cuenta choqué contra alguien. Iba a empezar a insultar a la persona que me había hecho caer cuando me di cuenta de que era Bastien y avergonzaba bajé la cabeza:
- Lo siento, no era mi intención.- Le dije sonrojada.
- No importa, ¿Tu estabas en el bar?- Sería posible que se acordara de mí.
- Si, estuve ahí, en primera fila. - Afirmé llena de orgullo.
- Me alegra saber quienes son mis fans, sobre todo si son tan guapas.- No me lo podía creer, uno de mis cantantes favoritos me acababa de tirar los tejos.
- Seguro que eso se lo habrás dicho a millones de chicas, yo solo soy una chica del montón.
- No es cierto y si me permites, te acompañaré a casa.- No tenía palabras, simplemente asentí. Claramente, decidí llegar a casa por el camino largo.
- Espero no parecerte maleducada pero ¿Por qué quieres acompañarme?- Bastien se alejó de mi, no sé si hice bien preguntando eso.
- Solo quiero conocerte.- Sonrió con dulzura y le di un golpecito con el hombro riendo.
- No me creo nada.- Me acerqué a él más.
- Entonces no entiendo por qué eres mi fan.- Alargó su brazo derecho hasta mi hombro derecho y me acercó mas a él.
- Soy tu fan porque tus canciones son bonitas, llenas de sentimiento y me encantas.- Cogí su mano y aparté su brazo de mi pero no lo solté.
- ¿Entonces te gusto?- Le miré con cara de extraño- Como cantante.
- Claro que si y hace dos años soñaba con casarme contigo.- Bastien rió.
- ¿Y ahora no?
- Puede.