domingo, 16 de octubre de 2011

Cap. 8 Montecarlo es una ciudad preciosa...

Montecarlo es una ciudad preciosa. Mirase a donde mirase solo podía ver glamour y elegancia. Llegamos pronto al hotel, un hotel precioso y lleno de lujo.
- Chloé, tengo que darte una mala noticia.
- ¿No me digas que nos volvemos?
- No, es que tenemos que compartir habitación.
- ¿Cómo?
- Pues que o era una habitación en un hotel de lujo o eran dos, en un hotel de mala muerte. - Sabía que él lo que quería era dormir conmigo así que me daban igual sus escusas.
- ¿No dormiremos en la misma cama?
- No, por favor con lo que costó convencer a tu padre que no era un guarro.
No me importaba dormir en la misma habitación que Bastien y tampoco me importaba que él quisiera dormir conmigo, al contrario, me encantaba porque eso significaba que quería pasar más tiempo conmigo.
La habitación era del mismo estilo que el hotel. Era un estilo "rococó", parecía la casa de una princesa. En cuanto entré me sentí como la mismísima Grace Kelly. No quería salir de la habitación.
- Vamos.
- Bastien, no me quiero ir.
- Tengo que enseñarte algo.- Me susurró Bastien al oído.
Llegamos al Casino de Montecarlo, daba gusto estar ahí.
- Chloé, ¿a que no sabes donde voy a cantar?
- ¿Ahí? ¿Vas a cantar ahí?-Miré de arriba a abajo el casino, era precioso no tenía ni un defecto. Simplemente era perfecto.
- Voy a ser el telonero de un grupo de Italia y me gustaría que vinieras al ensayo.
- Claro.
El casino por dentro era aún más bonito que por fuera. Llegamos al teatro y subimos al escenario que era veinte veces más grande que el del bar de París.
Miles de personas verían a Bastien tocar en unas horas seguro que les encantaría.
Bastien empezó a cantar una de mis canciones favoritas y me agarró por la cintura y yo a el por el cuello y mientras el cantaba empezamos a bailar hasta que estuvimos bailando sin música.
- Bastien, me lo estoy pasando genial. Espero que esto no se acabe nunca.
- ¿Te gusta tanto Montecarlo?
- No me refiero a Montecarlo, me refiero a ti.
- ¿A mí?- Se rió un poco.
- Si, a ti. No me importa que me lleves a la Torre Eiffel, al jardín de Albert Kahn o a Montecarlo siempre que estés conmigo.
- Así que la próxima vez te puedo llevar a un sitio más barato.
- Siempre que bailemos, nos acurruquemos o me beses.




No hay comentarios:

Publicar un comentario