lunes, 5 de diciembre de 2011

Cap. 22 Esa frase no se me fue de la cabeza...

Esa frase no se me fue de la cabeza: "Mañana te llamo". ¿Me llamaría? ¿No lo haría? Desde que le conozco, nunca había dicho nada sin hacerlo. Me quedé en mi habitación, mirando el reloj, las 10, las 10:01, las 10:02, las 10:04 ¡Sonó mi teléfono! ¡Oh! ¡Era Bastien! Comencé a saltar hasta que me di cuenta de que aun no había cogido el teléfono. Entonces lo cogí y empezamos a charlar.
- ¡Hola!.- Nunca en mi vida había saludado a nadie con tanta euforia.
- Hola, quería saber si estabas libre esta noche...
- Si, estoy libre.
- Es que hoy van a poner gratis en el teatro la película Titanic y quería que vinieras conmigo.
- Ya he oído hablar de eso, entonces, ¿me recoges a las siete y media?
- Si, a las siete y media.
- ¡Hasta las siete y media, te quiero!
- Y yo a ti...
¡¡Ah!! Iba a ver con mi chico Titanic, mi película favorita, ¡¡Ah!! Me vestí cinco veces y me maquillé, me desmaquillé, me volví a maquillar etc. Cada segundo se me hacía eterno, tic tac tic tac. Por suerte, llegaron las siete y media. Llamaron a la puerta. Abrí y ahí estaba Bastien aunque era bastante difícil saber si era él porque iba con unas gafas de sol que le tapaban media cara.
- Estás muy guapo.- le dije mientras me reía.
- Acaso quieres que me vean ir al teatro con una chica que no es mi novia.
- Perdón pero es que estás muy gracioso.
- Vamos, rápido, no quiero que la gente piense que te secuestro o algo parecido.
- Vale.

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